No eres tú, ni soy yo. Somos todos. En este mundo hiperconectado es muy difícil ser productivo. Estar enfocado, producir resultados en tiempo razonable y ser verdaderamente feliz, es prácticamente imposible. Todo el tiempo tenemos alguien o algo reclamando nuestra atención, demandando nuestro recurso más valioso: nuestro tiempo.
Tenemos que comenzar a hacer ayuno de dopamina, y la única forma de hacerlo es jugando a favor de nuestro cerebro; no en su contra. Enseñándole cómo controlar el impulso por distraerse y perder el enfoque.
¿Qué hacer?
Toma una hoja de papel, un día cualquiera. Comienza a trabajar como siempre; pero en esta ocasión, marca una raya en un cuaderno, por cada vez que algo robe tu atención. Sea una notificación, una llamada, un mensaje, un ruido o algo que veas, cualquier cosa que te ocupe, que no sea tu objetivo ni tu foco, producirá un registro. Verás como, al finalizar el día, no será suficiente una hoja tamaño oficio.
¿Cómo salir de la rutina?
Haciendo nada. ¡Sí, es así de simple! Nuestro cerebro, al final de cuentas, sigue siendo primitivo en muchos aspectos. Entonces, cuando sientas ese impulso, ese disparador para actuar y perder tu foco no hagas nada. Ni la tarea, ni el distractor. Aguarda y verás lo aburridor que es no hacer nada. Terminarás volviendo a tu labor, cada vez más rápido que antes.
Tip: Respirar profundo, muy profundo, mientras no se hace nada y pensar en el placer de terminar lo que está pendiente, ayuda también.