Uno de los activos humanos más valiosos es nuestra atención. Esto es una verdad indiscutible, y muy dura. Vivimos en un mundo híbrido, cada vez más digital, que nos aleja más y más de los espacios de reflexión y pensamiento, otrora fundamentales para la construcción de sociedades justas y prósperas.
Nuestros dispositivos reclaman, incesantemente, por nuestra atención. Los jefes, los compañeros, los empleados, la familia, los amigos, la promoción del momento, el concierto que esperábamos… Siempre hay una razón para angustiarnos; para pensar que si no estamos allí, revisando, no estamos siendo productivos. Nada más alejado de la realidad. Nada más lejos de la felicidad.
La mayor ventaja competitiva en la economía moderna es un cerebro positivo y comprometido; y un cerebro así es el de una persona feliz y agradecida. Ese estado sólo se puede alcanzar cuando hay un perfecto equilibrio entre trabajo, estudio y placer. Trabajo físico y corporal: el ejercicio regular. Trabajo productivo y remunerado: nuestra profesión u oficio. Estudio diario, sí, de cosas que nos «toque» o que, preferiblemente, nos interese; pero estudio. Y placer. Placer amando y siendo amado. Placer viviendo, conociendo, descubriendo.
He decidido que 2023 sea el año en que mi compañía (Schein) de un salto de la empresa productiva y rentable que es, a una empresa feliz. He comprometido todo por apostarle al capitalismo consciente. Quiero generar felicidad en la vida de mis colaboradores e impactar, aún más y mejor, la de nuestros cientos de miles de usuarios.
Es hora de encontrar la felicidad centrando la atención en lo fundamental: el balance, el equilibrio, el amor y la gratitud.
¿Y tú? ¿Estás listo para ser feliz?